La apuesta de Del Bosque, manteniendo el doble pivote Busquets-Alonso y metiendo en el once inicial a Fernando Torres y Jesús Navas, le salió bien al seleccionador mejorando la imagen del equipo y especialmente la llegada a gol del combinado español.
Todas las dudas que surgieron tras la derrota ante Suiza quedaron atrás tras una primer parte en la que la selección volvió a ofrecer su mejor cara. Xabi Alonsocogió el mando en el medio del campo y dirigió de manera sublime a España. La presencia de dos delanteros otorgó a España muchas más verticalidad y las ocasiones de peligro no tardaron en llegar.
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